jueves, 31 de octubre de 2013

Sólo un sueño... ¿O no?

Alguna vez te ha pasado, que sientes que 'algo' o alguien te observa?  Y algunas veces tus ojos voltean para encontrarse exactamente con los ojos de algún amigo, o conocido, que te observa.

Pero otras veces volteas, sólo para descubrir que estás solo.  Lo achacas a tu imaginación y sigues concentrado en tus cosas.    Esto me ha pasado desde niña, esa sensación de ser observada día y noche, casi siempre esas 'cosas' se mantenían fuera de mi casa, y me acurrucaba en la cama para no verlas u oírlas.
Algunas otras veces las vi detrás de algún mueble, sus ojos brillando en la oscuridad como los de un gato, un par de segundos, para luego desaparecer. 

Siempre supe que no eran de aquí, aunque mis papás siempre se lo achacaron a mi imaginación infantil. Muchas veces los escuché, hablando desde la pared, en susurros interminables e ininteligibles.
Recuerdo que en un par de ocasiones me animé a ir afuera, convencida que era mi imaginación que me estaba jugando una mala pasada, que eran los vecinos hablando en la casa de junto, sólo para descubrir que no había nadie haciendo ningún ruido.

Pasó el tiempo y no volví a escucharlos más, aunque a veces los sentía observarme mientras dormía.

Por mucho tiempo creí que ya todo había pasado.  

Qué equivocada estaba...

jueves, 24 de octubre de 2013

El hombre en la oscuridad

Esto me sucedió hace un par de años.  Estaba en mi casa sin mucho quehacer, ya era bastante noche pero el insomnio como siempre hacía de las suyas.
Mi amigo Darío me mandó un sms, acababa de pelearse con su novia y quería platicar conmigo. Le dije que me avisara cuando estuviera llegando para que saliera.
Estuvimos platicando afuera de mi casa por horas y horas.  Empezamos platicando frente al portón; entre plática y plática cruzamos la calle y nos quedamos parados allí.

De pronto vi de reojo a alguien que se acercaba a la esquina de la cuadra; lo noté porque el poste de luz tenía una lámpara automática que sólo se encendía cuando alguien pasaba cerca (más bien, se apagaba, porque funcionaba al revés siempre) pero yo seguía atenta a lo que mi amigo me decía, con la mirada clavada en el suelo, viendo de reojo al tipo que se acercaba lentamente hacia nosotros.

Yo estaba sacada de onda, ¿quién era ese tipo? Un raterillo que quiere darnos un susto, -pensé- y yo con tal de no demostrarle miedo, seguí mirando hacia el piso como si no existiera, pero al acercarse más a nosotros alcancé a distinguir claramente su ropa; vestía una camisa manga larga y pantalón de color beige, como ésas que usan los trabajadores de la CFE.


Traía zapatos negros tipo botines, todo esto lo vi pero no pude ver su cara porque en mi afán de 'no demostrarle miedo', no me moví de mi lugar.  Seguí con la mirada clavada en el suelo, a pesar de que se acercó a menos de un metro de nosotros, caminando muy despacio y arrastrando los pies ruidosamente.

El tipo levantó el pie, y le dió una patada a una piedra que estaba junto a mi.  La piedrita salió rodando, pasó en medio de mi amigo Darío y yo y rebotó contra la acera.  Todo esto pasó en cuestión de segundos. Volteé a ver al tipo con asombro y cuál fue mi sorpresa: no había nadie ahí...

¿Quién sería?  Al describir a mi amigo la ropa de ese tipo, me dijo que era el mismo que lo seguía desde niño...
La verdad nos asustamos tanto que mejor me metí a mi casa y le pedí a mi amigo que se fuera a la suya...